
Dos periodistas se inclinan sobre la pantalla de un ordenado en una oficina solitaria y apenas iluminada con una bombilla débil y moribunda. Son los últimos en terminar el contenido que se les ha asignado para el diario del día siguiente. Por eso están solos en la sala mientras que el resto de compañeros ya se encuentran en sus casas y seguramente (teniendo en cuenta la hora) durmiendo....