Ya he visto, por fin, esta secuela que llega casi 12 años después de The Ring 2. Objetivamente, no creo que sea una gran película. Es un cúmulo incesante de clichés y de escenas repetitivas y masticadas. Además el final es mucho más que previsible. Tan sólo hace falta ver el trailer detenidamente y unos 15 minutos de la película para saber cómo acabará. ¿Y esa escena inicial? ¿Era realmente necesaria?
PERO no estoy aquí para destrozar la película. De machacar sin rencor a todas las películas de terror que aparecen en los cines ya se encargan los críticos profesionales. Yo, como fan incondicional del cine de terror en general, y de esta trilogía en particular me veo en la obligación de ejercer de abogado de oficio. Por eso voy a deciros por qué creo que vale la pena ver esta película y por qué me ha gustado a pesar de todo.
Ahora que lo pienso, puede que ejerza muchas más veces de abogado de oficio porque me encanta defender lo que para todo el mundo es una causa perdida. Y creo que las películas de horror ya se están empezando a considerar una causa perdida.
Estoy enamorado de Samara
Esto es un hecho y prefiero dejarlo claro ya, para que luego no se me acuse de imparcialidad. Sí, esto una crítica imparcial hecha desde el amor incondicional y eterno hacia... un fantasma.
Hola guapooo
Teniendo esto claro, vamos a hablar de lo que me ha gustado de esta película. Por un lado, esta nueva secuela nos aporta información sobre el pasado de Samara muy interesante. He de confesar que tengo que ver las dos partes anteriores para asegurarme de que no hay incoherencias o fallos de continuidad, porque a primera vista me lo ha parecido. Además la historia presenta escenas que para los fans de estas películas son muy atractivas. Es cierto que no eran necesarias (porque su contenido se podía intuir) pero sí que mola verlas.
Por otro lado me ha resultado muy acertada la elección de algunos actores. Por ejemplo es el caso de Vicent D'Onofrio (Fisk en la serie Daredevil), que tiene un personaje brutal, de los mejores de la trilogía. La elección de Johnny Galecki (Leonard en The Big Bang Theory) como profesor universitario no es tan acertada, pero es gracioso verlo en papeles más serios.
La película tiene un aspecto más juvenil que sus precedentes. Hay que tener en cuenta que la pérdida de Naomi Watts en la serie ha sido dolorosa, y ha hecho mella. Pero ese nuevo aspecto no le va mal en el sentido que la inserta en la corriente de películas de terror que se están produciendo ahora.
En conclusión, tened en cuenta que no es la mejor película de terror que se ha hecho en los últimos años. Tampoco la peor. Es una secuela que no necesitamos pero que, si te gusta el género, necesitas ver. Es entretenida y engancha durante los 90 minutos que dura. Afortunadamente, y a diferencia de la cinta de Samara, esta película no os va a hacer daño. Así que no tenéis nada que perder.